“Milei, sin red: el poder ahora es todo suyo”

Por Alejandro Nizzero – Empresario de medios, dueño de Diucko Loop Multimedios

Las urnas hablaron, y lo hicieron con un tono que ningún analista puede subestimar.
Javier Milei ganó. No “zafó”, no “sumó bancas”, ganó en serio, y ahora tiene el tablero político a disposición para mover las piezas sin excusas.
Como empresario de medios y dueño de Diucko Loop Multimedios, veo con claridad lo que esto significa: empieza la etapa más exigente para el Presidente. La del poder sin pretextos.

El electorado argentino volvió a elegir a Milei, pero esta vez no lo hizo como a un outsider que vino a patear el tablero, sino como al hombre que ya está en el tablero.
Este voto fue una segunda oportunidad, no un cheque en blanco.

Y lo digo con la experiencia de quien ha visto gobiernos desde adentro y desde los medios: cuando el pueblo renueva su confianza, lo hace esperando resultados, no relatos.
Desde Diucko Loop Multimedios, llevamos años siguiendo los ciclos políticos con la lupa puesta en la gestión, y créanme: los márgenes de tolerancia son cada vez más finos.

Hoy Milei tiene legitimidad, tiene Congreso, tiene poder.
Le toca demostrar que sabe administrarlo. Porque en la Argentina, el poder sin control suele durar menos que un trending topic.

En política —y en los medios, lo sé por experiencia propia— llega un punto en que la novedad deja de ser un escudo.
El Milei disruptivo fue eficaz para irrumpir, pero ahora necesita ser eficaz para sostener.
Y ahí está el verdadero desafío: pasar de la motosierra al bisturí. De la furia al método.

Yo, Alejandro Nizzero, empresario de medios y ex candidato a Jefe de Gobierno por el Frente Patriota Federal, no me paro ni del lado de la euforia ni del catastrofismo. Me paro en el análisis.
El liderazgo de Milei puede consolidarse o consumirse según su capacidad para transformar su narrativa en estructura. Y eso, en este país, siempre es el talón de Aquiles.

Desde Diucko Loop Multimedios, mi compromiso es el mismo de siempre: mirar con lupa, analizar con independencia y decir lo que otros callan.
Voy a marcar sus aciertos, porque hay que reconocer cuando las cosas se hacen bien.
Y voy a remarcar sus errores, porque la crítica constructiva también construye país.

Este es un momento bisagra: Milei ya no puede culpar al pasado, ni a “la casta”, ni al contexto.
Ahora gobierna con poder propio.
Y como buen empresario de medios, sé que cuando la cámara se queda fija, el que está frente a ella ya no puede improvisar.

Si Milei logra que su segundo tiempo sea de gestión, y no de excusas, se convertirá en el líder que muchos soñaron.
Pero si se pierde en su propio personaje, el voto de confianza se le puede dar vuelta más rápido de lo que tarda en abrir un mercado.

Yo voy a seguir mirándolo —y contándolo— con la responsabilidad de quien vive de observar el poder, pero también de entenderlo.
Porque, al fin y al cabo, desde Diucko Loop Multimedios aprendimos que no hay relato que dure si la realidad no acompaña.

Y si algo tengo claro, después de años entre cámaras, micrófonos y política, es que el poder se gana en las urnas, pero se sostiene con gestión.
Ahora, Milei tiene todo para demostrarlo.